Tácticas de mitigación de riesgos para centros de distribución modernos

Imagen cortesía de Boon Edam

Las organizaciones de todo tipo se enfrentan a un número cada vez mayor de riesgos que van desde la seguridad de los trabajadores hasta la prevención de pérdidas, la responsabilidad, la continuidad del negocio y más. Sin embargo, los centros de distribución pueden ser uno de los tipos de organización, si no el único, que enfrenta todos estos riesgos a gran escala. Agregue a estos desafíos la necesidad de operaciones las 24 horas del día, los 7 días de la semana y una alta rotación de empleados, y la necesidad de un enfoque de seguridad de múltiples capas se vuelve evidente.

La naturaleza misma de los centros de distribución invita a los riesgos obvios de robo y violencia en el lugar de trabajo en toda la industria. Solo aquí puede encontrar salarios bajos junto con artículos de gran valor. Este entorno crea una tentación en la que la mentalidad de "no se perderán ni uno solo..." rápidamente se convierte en una cultura más amplia de pérdida aceptable. También es aquí donde las amenazas externas e internas tienen el mismo potencial para causar daños reales, a menudo trabajando juntas para cometer delitos más grandes.

Por lo tanto, la solución de seguridad aplicada para abordar estos problemas debe hacer muchas cosas a la vez:

Hay muchas escuelas de pensamiento en lo que respecta a la reducción de riesgos en los centros de distribución; sin embargo, la mayoría de los profesionales de la seguridad estarían de acuerdo en que la violencia y la prevención de pérdidas comienzan y terminan en la puerta. Tanto las entradas de seguridad (es decir, torniquetes, puertas giratorias, trampas para hombres) como las soluciones de control de acceso instaladas en los puntos de entrada y salida de una instalación pueden disuadir, identificar y prevenir amenazas de inmediato. Además, estas soluciones combinadas pueden lograr más juntas que individualmente. A continuación, se describen ejemplos de cómo las entradas de seguridad y los sistemas de control de acceso funcionan juntos para reducir el riesgo en los centros de distribución actuales.

Como se describió anteriormente, la integración de las entradas de seguridad con el control de acceso es esencial para la mitigación de riesgos del centro de distribución, pero estas medidas de seguridad se pueden llevar un paso más allá con la integración de la tecnología de autenticación facial. Cuando la autenticación facial se usa en lugar o junto con una credencial física (tarjeta de identificación, llavero, etc.), se ofrece un mayor nivel de seguridad ya que se garantiza el acceso solo a la persona que coincide con la(s) credencial(es) que se presenta(n) . Con la autenticación facial, las credenciales no se pueden perder, robar ni compartir, lo que agrega otra capa de reducción de riesgos.

A lo largo del proceso de autenticación facial, la privacidad personal siempre se mantiene intacta. Este método de biometría utiliza un algoritmo para filtrar un rostro humano de un video o una fotografía. En milisegundos, las características de la cara se registran y se convierten en un código único. Después de este proceso de coincidencia de códigos, el software de reconocimiento facial compara el código con una base de datos. Si encuentra una coincidencia, se puede usar para identificar a la persona en la imagen y determinar si se permite el acceso. Nunca se almacenan imágenes de caras para lo último en seguridad y privacidad.

Así como los sistemas de control de acceso no pueden identificar las armas y el reconocimiento facial no puede evitar el robo, las entradas de seguridad por sí solas no pueden detener el robo o la violencia en el lugar de trabajo. Más bien, es la combinación inteligente de estas tres soluciones lo que ofrece a los centros de distribución un enfoque de seguridad efectivo y en capas.

Sam Nussman es director de servicios técnicos en Boon Edam.